La ciudad de Nueva York recibirá 27 millones de dólares para abordar el vapeo juvenil como parte de un importante acuerdo resultante de una demanda contra la empresa de cigarrillos electrónicos Juul. La fiscal general del estado, Letitia James, anunció este hecho el miércoles.
El Fiscal General James encabezó una demanda multiestatal contra Juul en 2019, acusando a la empresa de prácticas de marketing engañosas dirigidas a los jóvenes. La demanda culminó en un acuerdo de 462 millones de dólares, en el que el estado de Nueva York recibió 112 millones de dólares. De esta cantidad, $27 millones se destinarán a la ciudad de Nueva York para abordar la “epidemia de vapeo juvenil” a la que supuestamente contribuyó Juul. De esta asignación, $15 millones se asignarán al sistema de escuelas públicas, mientras que los $12 millones restantes financiarán varias iniciativas del gobierno de la ciudad.
Asignación y utilización de fondos
Los fondos del acuerdo se distribuirán a lo largo de ocho años y los distritos escolares tendrán una gran discreción sobre cómo utilizar el dinero. Los fondos están destinados a gastarse en cinco áreas clave: educación, prevención, aplicación de la ley e investigación sobre la eficacia de los esfuerzos anti-vapeo.
Hablando en el campus de la escuela secundaria Martin Luther King Jr. de Manhattan, James destacó la omnipresencia del vapeo en las escuelas y señaló: "El olor de los vapeadores se ha vuelto común en los pasillos, cafeterías y escaleras". Mencionó que en algunas escuelas, el vapeo se había vuelto tan frecuente que las instituciones tuvieron que instalar dispositivos de detección de vapeo en los baños y otras áreas.
Impacto e implementación en las escuelas
Algunos distritos escolares de todo el país han utilizado los fondos del acuerdo de Juul para comprar sensores de vapeo, que detectan las sustancias químicas emitidas durante el vapeo. La oficina de James confirmó que un programa similar en la ciudad de Nueva York podría ser un gasto permisible, siempre que cumpla con los demás criterios de financiación.
Un director de Manhattan, que implementó sensores este año para reducir el vapeo de los estudiantes en los baños, señaló que los detectores habían reducido significativamente los incidentes. Inicialmente, la escuela registró alrededor de 60 alertas de vapeo por semana, que ahora se han reducido a solo unas pocas veces al mes. Las principales esperanzas son subsidios municipales para estos dispositivos y financiación adicional para consejeros en abuso de sustancias.
Preocupaciones por la salud y la seguridad
Los dispositivos de vapeo, o cigarrillos electrónicos, funcionan calentando cartuchos de líquido que contienen nicotina, saborizantes y otras sustancias químicas en un aerosol que se inhala. Hay evidencia de que vapeo de nicotina puede provocar enfermedades pulmonares, aunque aún se están estudiando los efectos a largo plazo. La exposición a la nicotina puede alterar la química cerebral de los adolescentes, afectando la memoria, la concentración y las capacidades de aprendizaje. En 2019, un joven de 17 años del Bronx se convirtió en la víctima más joven conocida por vapear en EE. UU.
Las tasas de vapeo entre adolescentes han aumentado durante la última década. Según el estudio Monitoring the Future de la Universidad de Michigan, el porcentaje de estudiantes de último año de secundaria que vapearon nicotina en el último mes aumentó del 11% en 2017 al 21% en 2022. De manera similar, el número de estudiantes que vapearon marihuana aumentó del 5% al 15% durante el mismo período.
En la ciudad de Nueva York, aproximadamente uno de cada nueve adolescentes informó haber vapeado al menos una vez en los últimos 30 días en 2021, según la Encuesta nacional sobre conductas de riesgo en jóvenes. Las niñas eran más propensas que los niños a informar que vapeaban: el 15 por ciento de las niñas y el 7 por ciento de los niños dijeron que habían usado un cigarrillo electrónico en el último mes.
El papel de Juul y las acciones legales
La demanda presentada por la oficina de James en 2019 acusó a Juul de comercializar sus productos entre jóvenes enfatizando los sabores frutales y minimizando los riesgos para la salud, violando así las leyes estatales contra la venta de productos de tabaco a menores. Según la demanda, un representante de Juul incluso engañó a estudiantes de primer año de secundaria de la ciudad de Nueva York al afirmar falsamente que los productos eran más seguros que los cigarrillos.
Los educadores y estudiantes han notado que la proliferación de tiendas de tabaco desde la legalización estatal de la marihuana recreativa en 2021 ha hecho que los productos de vapeo sean más accesibles. La actual crisis de salud mental de los jóvenes, exacerbada por la pandemia, ha llevado a más adolescentes a consumir sustancias como la nicotina y el cannabis para aliviar el estrés y automedicarse.
Desafíos y respuestas
En Beacon High School en Hell's Kitchen, la estudiante de último año Ava Stryker-Robbins describió haber encontrado nubes de humo de vaporizador en los baños, lo que los hacía inutilizables para los estudiantes con asma. A pesar de los desafíos, ha habido una disminución en la cantidad de sustancias controladas confiscadas en las escuelas este año en comparación con el anterior, según el Departamento de Educación.
Actualmente hay sólo 256 especialistas en prevención e intervención del abuso de sustancias para más de 1,600 escuelas públicas en la ciudad de Nueva York, una caída significativa desde 2006 debido a la expiración de una subvención federal. Estos especialistas ofrecen lecciones en clase, asesoramiento grupal, talleres para padres y referencias a apoyo externo.
Soluciones innovadoras y pasos futuros
Algunas escuelas de la ciudad de Nueva York han instalado detectores de vaporizador para abordar el problema, aunque no está claro el número exacto de escuelas que utilizan estos dispositivos. Zeptive, una empresa con sede en Massachusetts, suministra detectores de vapeo a unas 30 escuelas públicas y autónomas de la ciudad. Un proyecto de ley presentado por la senadora estatal Nathalia Fernández (D-Bronx) requeriría que todas las escuelas de la ciudad de Nueva York instalen detectores de vapeo, aunque aún no ha avanzado.
El director de Manhattan que instaló sensores de vapeo informó una reducción significativa en los incidentes de vapeo y enfatizó la importancia de abordar el problema dentro de las escuelas. Si bien los detectores de vapeo por sí solos no pueden resolver el problema social del vapeo juvenil, son un primer paso fundamental para crear un ambiente escolar más seguro.